Ya me aburrí de pensar en ellos, la rutina tan impregnada de momentos compartidos. No importa que haga todo me los recuerda, olor a café, la cita de un autor, caramelos masticables.
Sin embargo esa amargura me aburre, no tiene sentido que mis palpitaciones aumenten con sus presencias, poco a poco el miedo va cediendo. Es tan contradictorio lo mucho que afecta la distancia, más cerca estás más duele pero si te vas lejos, mi ansiedad vuelve. Quisiera ser quien construya el muro que los mantenga lejos pero que cuando me suba a la torre más alta pueda verlos seguir adelante, olvidando.
viernes, 19 de mayo de 2017
Memorias que aburren
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