Me duele tu ausencia, no saber como hubiesen sido las cosas. Ojala pudiesen tus abrazos consolarme, secar mis lagrimas y acunarme hasta dormirme. Nunca sentire esa seguridad en mi espalda, tu mirada fija en mis pasos para curarme las rodillas raspadas de tanto caerme. Aprendi a cuidarme sola, sin tus mimos y consejos. Aprendi a ser mi propio Principe azul al rescate.
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