Nací bajo la luz de la Luna, mi alma corre por los bosques donde mis ancestros grabaron mi destino, impregnado de la magia de las hadas, los duendes y los astros. No hay nada que pueda encadenar esa libertad que mi corazón tanto reclama a gritos, al ritmo de los tambores mis pies corren por esos mismos senderos, mi respiración galopante se une a los aullidos del aquelarre.
Las voces del pasado que cantaron las historias de mi pueblo, esas mismas que dormían a los niños en la noche, que acompañaban los ritos y la siembra. Esas que me acompañan y me empujan hacia la libertad, esas que no pudieron ser domadas, esas que no me dejaran rendirme.
Esas voces que algún día cuidaran de los recién nacidos.
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